VISPERA DEL AÑO NUEVO 1973.
Día 31 de diciembre de 1972, la mañana transcurría sin actividad dentro del cuartel, excepto, el personal de guardia, para nosotros un dia tranquilo ya que la mitad de la batería había sido licenciada unos meses atrás, (algunos por buena conducta, otros por problemas familiares y/o personales y el resto por "fomes", palabras del oficial a cargo), por lo tanto, la dotación nuestra era mas o menos de 35 soldados que pertenecíamos a la 1ra Batería de Comandos y Servicios, de ellos, varios tenían permiso para ausentarse (se llamaba "economía") y sólo quedábamos en la cuadra no mas de 20 camaradas, cada uno por su cuenta. El "Alita Corta" era mi partner, además de ser mi ahijado cuando hizo la primera comunión en el cuartel, con el cual salíamos los fines de semana.
Dia 31 en la tarde, salimos a recorrer un poco la ciudad de Arica y pensando cómo pasar el año nuevo, juntamos un poco de plata que nos quedaba y se nos ocurrió comprar una botella de Pisco y llevarla fondeada para entrar al cuartel, situación que nos llevó decirle al soldado que estaba de guardia en la puerta falsa de aquélla época (por Santa María) que mirara para otro lado para nosotros pasar, y nos escondimos en un pequeño "bosque" que estaba situado a un costado de las oficinas administrativas, llegaron otros amigos a nuestro grupo y nos pusimos a tomar hasta quedar al borde de la curadera.
Dia 31 en la noche ya estábamos empipados pero lúcidos todavía cuando llegó el último minuto de 1972 y vinieron los abrazos, saludos, lágrimas y los deseos de prosperidad para el año nuevo de 1973. En eso aparece el Mayor, el Capitán y el Teniente junto a otros oficiales y se reúnen frente a la guardia del cuartel 2, con unas botellas de champaña y copas, unas palabras de buena crianza de parte del Mayor y de nuestro Capitán deseándonos felicidades y prosperidad por el año nuevo. Estuvimos compartiendo un buen rato hasta que llegó la hora de despedirse de nosotros. Acto seguido, con mi ahijado nos íbamos a la cuadra porque ya no había nada mas que celebrar, pero en ese instante, nos dimos cuenta que en la batería de montaña, que estaba ubicada hacia el fondo del cuartel había música... ¡oh! ¿música? Siii... vamos para allá? vale... vamos. Y había ambiente de fiesta en la cuadra de la batería de montaña, y fuimos muy bien recibidos y haciendo brindis con champaña y otros licores que ya a estas alturas ignoro qué fue lo que tomamos. Recuerdo que nos sentamos en una especie de tarima o escenario y yo me afirmaba de unas tablas para no caerme, porque el piso estaba en constante movimiento (así lo veía yo). Como a las 02:30 de esa madrugada salimos desde la batería de montaña hacia nuestra cuadra apoyándonos mutuamente porque el camino estaba con mucho movimiento también hasta que llegamos a nuestros dormitorios. Mi problema principal era cómo me iba a subir al camarote, porque mi litera estaba arriba, por lo tanto, me saqué los bototos, me desvestí y rápidamente subí sin ningún esfuerzo y me recosté encima de la cama, afirmando el catre desde los bordes
para que no se cayera (me parecía que la litera estaba sobre uno de esos juegos mecánicos llamado "tagada", porque se movía de arriba abajo y daba vueltas. Reconozco que en ese momento me di cuenta que ya estaba mas borracho que la cresta, pero bueno, había que celebrar el año nuevo.
Dia 01 en la mañana, 07:00 horas me despierta el clase de servicio, (era el Cabo Arias que había sido castigado con hacer servicio especial del dia 31 por 24 horas debido a un cagaso que se había mandado) Y me dice:
- Oye Castillo, anda a buscar el desayuno al cuartel uno.
- No weís, manda a otro.
- Oye, si no hay nadie mas que tú, asi es que anda nomás.
- Anda a webear a otro lado, no me molestí
- P´ta weón, te estoy mandando...
- Ándate a la CTM y no weís. (confianza mutua) Me dí media vuelta en la cama y seguí durmiendo.
Fue un breve diálogo con mucho respeto en todo caso, el asunto es que me levanté como a las 10:00. Fui a las duchas para desempolvar el alcohol ingerido, (porque brotaba por los poros) y de ahí fui a ver los fondos de aluminio por si quedaba algo para el desayuno, quedaba algo y voluntariamente tuve que lavar los fondos después. Cuando llegó la hora del rancho fuimos a buscar nuestras pocas y escuálidas raciones al cuartel uno y nos dispusimos a almorzar los pocos que quedábamos en la cuadra, para después descansar de esa maravillosa noche de Año Nuevo 1973.
Puedo decir con orgullo que esa fecha ha sido uno de los mejores Años Nuevos que he vivido y lo recuerdo con mucha nostalgia.
(Reeditado el 21/06/2023)